domingo, 1 de noviembre de 2015

Un Retrato de Frida

Cuando me siento baja de nota, me gusta ver los cuadros de Frida. La representación de su dolor en sus cuadros es tan poderosa que me reconecta con la realidad y me hace ver lo afortunada que soy, puede que muchos de mis sueños no se hayan hecho realidad -aún- pero por lo menos tengo todo lo que necesito para seguir luchando por ellos: aire para respirarlos, una espalda sana y piernas para correr tras ellos, y por supuesto, el amor de mi familia.

Me demoré casi dos semanas en decidir mi disfraz de este año. Quería hacer algo especial, pero emocionalmente no me sentía muy bien así que de inspiración y creatividad, más bien pocón.

Y recordé a Frida.

Me puse a pinterestear a Frida un rato y caí en cuenta de que ella no solamente fue un ícono del arte y la pintura sino también de la moda. El colorido de sus vestidos, la magnificencia de sus trenzas y su actitud siempre cándida, segura de sí misma y de su propia valía a pesar de sus circunstancias me sirvió para sacarme nuevamente del fango creativo y seguir explorando. Fue así como decidí que este año le iba a hacer una apología a mi heroína.

Empecé por buscar la falda en la tienda del usado pero no encontré una... sino dos: una color índigo con corte recto y una ligera onda al final y otra tipo tutú de encaje. Ambas me costaron $10, que me parecieron caras para ser de la tienda del usado pero bueno, todo sea por el arte!

Lo primero que hice fue ajustar la falda índigo a mis medidas. Luego me las puse las dos para medir a qué altura iba a pegar el tutú de encaje a la índigo. El tercer paso fue quitarle el elástico al tutú y pegarlo con los alfileres a la índigo para marcar el camino por donde iba a pasar la máquina de coser.

Buscar el color de hilo exacto para la falda índigo me llevó un buen tiempo y no lo logré. Así que pensé que la mejor solución era usar exactamente el color opuesto para darle contraste. El color opuesto resultó siendo el fucsia. Afortunadamente la pashmina que iba a usar y que es tan característica del personaje era del mismo color.

La primera costura la hice recta para asegurar el tutú. Se me ocurrió aprovechar la oportunidad para agregarle un decorado bonito a la falda y estrenar las opciones de costura que ofrece mi máquina. Bam! semi-bordado en menos de 5 minutos!

Armé mi disfraz con una blusa muy al estilo mexicano y lo más importante: el peinado con las flores en la cabeza y las cejas... que naturalmente me las dejé crecer especialmente para la ocasión!

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