lunes, 1 de diciembre de 2014

Un No Mea Culpa por la ropa usada

Mi marido es uno de los que ve la ropa usada con cara de fuchi. Y bueno, no lo culpo. El año pasado compré un suéter usado para cumplir con el dress-code de la fiesta temática de navidad en la agencia: "The Ugly Sweater Party". Sí, la idea era ir a la fiesta en el suéter navideño más feo que encontráramos, cosa que no existe en mi fabuloso clóset [suenan risas y carcajadas].

Para que se rían más, el suéter me pintó un mapa rojo desde la espalda hasta el abdomen y tuve que ir al médico para que me recetara una crema...  por supuesto, hasta ahí le llegó la fiesta al suéter.

Por cosas como esas la ropa usada en general tiene mala reputación, pero a pesar de ese episodio de piquiña -que entre otras cosas jamás se ha vuelto a repetir- tengo que confesar que desde el día que pisé por primera vez Value Village, la tienda de ropa usada más grande de aquí de Halifax, siento un extraño placer culposo por chismosear la ropa que encuentro allí. Sí, puede que uno encuentre muchas monstruosidades allí... pero nunca me llegué a imaginar que en medio de tanta fealdad hubiera también cosas bonitas, en buen estado y hasta vestidoras!

Tampoco me da pena admitir que he comprado algunas prendas ahí, prendas que he reciclado, he salvado del botadero de basura y les he dado una nueva y fabulosa vida en mi vestier, tal y como pueden apreciar en este blog. Por qué le estoy apostando al reciclaje textil? estas son unas cuantas razones de las muchas otras que tengo:

1. No hay mugre que no salga con una buena lavada con agua caliente, bicarbonato y vinagre. Aquella vez la doctora me dijo que seguramente lo que yo tuve fue un "heat rash", es decir, una irritación debido al calor y no una reacción al material o a la prenda como tal. De todas formas, al comprar ropa usada lo primero que hago es remojarla en agua caliente, bicarbonato y vinagre para desinfectarla. Luego pasan a la lavadora y finalmente a la secadora. Si algún germen sobrevive ese trajín, vieja, el bicho merece vivir.

2. Hay mucha gente que compra ropa que ni siquiera utiliza. Créanlo o no, he encontrado piezas nuevas a precio de huevo especialmente en las ventas de garaje que hacen en la primavera. Las personas me dicen que generalmente pasa porque la promoción estaba muy buena o por transtorno obsesivo compulsivo ligado a las compras, pero ocurre en mayor medida porque lo compran pensando en una fecha específica pero cuando dicha fecha llega se  han adelgazado o engordado tanto que no caben ahí.

Así que con un poco de suerte, puede que uno hasta encuentre una chaqueta de marca a precio de huevo y hasta con etiquetas originales del almacén. Quién dijo BINGO?

3. La moda misma se recicla. O me van a decir que no usaron pantalones bota campana en los 90's tal y como nuestras madres lo hicieron en sus años mozos durante los 70's. Cuando una tendencia vuelve a estar de moda, no hay nada mejor que acudir al baúl de los gloriosos recuerdos. Y pues... ya que está tan de moda la palabreja "Vintage"... Vintage here, vintage there... vintage everywhere!

4. Refaccionar la ropa usada activa el pensamiento creativo. Está comprobado que el trabajo manual activa los centros del cerebro en donde se aloja el pensamiento creativo... y bla bla bla cháchara científica y todo pero es verdad y por eso María Montessori se ganó un puesto en el cielo de la educación infantil... lo cierto es que a nadie le sobra un poquito de creatividad especialmente en tiempos de escasez.

5. La producción de ropa en el mundo está desbordada. Al año se pueden llegar a producir hasta 1 billón de prendas de vestir al año... al año!!! y eso sólo contando a las grandes marcas. Saben cuántos litros de agua se necesitan para hacer todo ese montón de ropa? cuánto petróleo, carbón, hectáreas de tierra cultivada en algodón... etc... etc... etc en fin... yo creería que en este mundo no cabe un trapo más! Pero como a todos nos gusta la moda y no sería justo que se acabara, al menos deberíamos tratar de impulsar mayor eficiencia en el consumo de los recursos.

6. Es una forma de hacer rendir la platica. Seamos honestos, somos una generación ambiciosa, queremos tener y hacer muchas cosas antes de que nos llegue la parca. Una que otra comprita de segunda mano podría ser una buena opción a la hora de ahorrar para el viaje a París, o al menos al Rodadero en Santa Marta.

Y por último pero no por eso menos importante:

7. A nadie le debería interesar en dónde compra uno la ropa! cuando le dicen a uno Qué vestido tan lindo!!!!! ahhhh chicas, ustedes saben lo que se siente... eso es lo único que cuenta.


A la final, lo importante es verse y sentirse bien. A veces los mitos y tapujos hacen más daño que las propias pulgas que dicen que tiene la ropa usada. Y no todas las tiendas de ropa usada tienen pulgas.

Se les ocurre alguna otra razón? o por el contrario,  no quedaron muy convencidos que digamos? bienvenidos los comentarios / opiniones / vituperios...

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